Corona, la cerveza mexicana con presencia en 180 países alrededor del mundo, se unió con el artista Pedro Friedeberg, para realizar una icónica pieza de arte que muestra una historia de desfronterización continua, un paralelismo de la historia que comparten México y la cerveza más fina.

Corona abrió las puertas de sus planta más representativa. En este espacio emblemático de la ciudad, ubicado en Lago Alberto 135, la cerveza se sigue haciendo siguiendo bajo la receta original. El motivo del recorrido es dar a conocer los procesos de elaboración al público, entender qué es lo que la hace especial y la develación de un mural realizado por Pedro Friedeberg.

Interpretación del mural

La obra está construida en el clásico formato de perspectiva del artista, con lo cual se simula un espacio cuadrado y en cada uno de los lados de la misma, podemos descubrir la narrativa de los cuatro periodos de progreso de la marca y con la historia del país desde su inicio en 1925. En los gráficos del primer cuadrante vemos como nace Corona, transformando el pan en cerveza e introduciendo la icónica botella transparente para mostrar que está hecha con los mejores ingredientes. En el otro, vemos íconos de la época de cine de oro mexicano y la Caravana Corona, la cual llevó cultura y Coronas a cada rincón del país. En el otro extremo Podemos interpretar como los dibujos hablan del periodo en el que ante una crisis económica, la marca inicia una ambiciosa etapa de exportación, que ha llevado el nombre de México a más de 180 países. En el último lado del mural podemos ver reflejado cómo los mexicanos han aprendido a convertir obstáculos en oportunidades, derrumbando fronteras físicas y mentales. Al centro vemos como todo este universo surrealista gravita alrededor de la icónica marca.